Ser single de repente involuntariamente es duro. Muy duro diría yo. De pronto la vida que tenías montada se desvanece, y ni si quiera lo hace de forma lenta y progresiva. No. Desaparece como el conejo en el sombrero por arte de birlibirloque, y en este caso Birlibirloque es mi ex.
El caso es que te encuentras con un tiempo libre que antes no tenías porque ahora dos fines de semana al mes te quedas sin esos apósitos que llevas pegados desde que decidiste ser mapadre. Hay que gestionar ese tiempo y todos tus amigos tienen pareja y niños y el plan parque de atracciones sin hijos no mola.
¿Y con quién leches salgo yo ahora? Los compañeros de trabajo tienen la media de edad de TutanKamón, tu vecina es una buena opción porque tiene tu edad pero vive con siete gatos y eso ya es para pensárselo, tu hermano pequeño se sacrificaría por ti, que por la familia cualquier cosa, pero te pide por favor que para no desentonar con sus amigos lleves los calzones por encima del pantalón.
Ya no tienes edad para eso. Así que estás colgado. Como un mono. Como un carámbano. Como un jamón. Colgado de todas las formas posibles. Y esto que a priori es lógico porque tu vida ha dado un giro de 180 grados es duro de reconocer, así que no lo haces, y te inventas planes guays para tener los fines de semana ocupados por lo que ordenas los armarios, pintas la casa, cambias los muebles de sitio, montas estanterías, mudas tus plantitas de maceta…En definitiva redecoras tu vida, y algunos hasta se redecoran a si mismos y se cambian el color del pelo. Tengo una amiga que gastó 300 euros en la peluquería tras su divorcio. Y la pobre encima salió renegando.
Pues que lo sepas. No te pasa sólo a ti. Resulta que todos los que cambian su estado de sólido a gaseoso pasan antes por la fase en la que tienen que adaptarse al molde nuevo, y como desgraciadamente no eres como el agua al que cualquier recipiente puede irle bien, antes de sentir el gran placer de ser libres de nuevo un par de fines de semana al mes, y disfrutar de las horas vacías que te ofrece el reloj, antes de eso vas a la tienda de pinturas y hablas durante dos horas con el experto en plástica que total te escucha atentamente y te aconseja.
Yo pinté de naranja. ¿A qué manualidad te dedicaste tú?